El mundo físico-digital de los adolescentes...

Snapchat es probablemente la herramienta que pone a prueba su nivel de separación en la brecha generacional. Si usted pasa de 35 y la entiende ¡muy bien!, pero si pasa de 35 y es usuario activo, siéntase parte de ese exclusivo grupo de 10% de actualizados (Y si es mayor de 55, no se preocupe. Tiene un 1% de consuelo).

A veces cuesta entender el atractivo de esta plataforma, pero una forma de entenderla es entendiendo al 55% de sus usuarios.

Este grupo, generalmente conocido como “Generación Z” , “Centennials” o “Homelanders” (y al que aún esta semana que pasó le siguen buscando nombre oficial) tiene una cosa clara en común: Crecieron en la era de la conectividad. Ni siquiera los famosos y vilipendiados Millennials crecieron del todo conectados. Los mayores de esa generación (25-35) tienen más en común con nosotros los cuarentones que con sus hermanos menores; es decir, crecimos con la TV y no con el Internet.

Hay 3 cosas importantes para entender en la relación de los más jóvenes con la tecnología:

1. Estar conectado es la norma. Para un adolescente, tener conectividad es natural. Y aunque en nuestros países hay aún sectores sociales desconectados, la comunicación móvil está cambiando eso rápidamente.

2. Digital responde a sus contextos. ¿Alguien se quedó dormido en clase? Snapchat! ¿Fui a una fiesta muy cool? Instagram! ¿Quiero aprender como hacer algo? Youtube! ¿Necesito estar comunicado? WhatsApp! ¿Necesito leer que está pasando? Facebook! Cada plataforma tiene un uso diferente y se adaptará a sus preferencias, necesidades y realidades.

3. Crean espacios sociales híbridos. Por haber vivido y crecido conectados, su concepto de espacio social es mezclado. Tienen una interacción personal pero también la tienen virtual. La combinan, la sincronizan y la pueden manejar simultáneamente. Su mundo físico no está separado de su mundo virtual. Los unen o los separan a conveniencia: uno es accesorio del otro según el contexto.

Aunque nos encanta decir que los tiempos de antes eran mejores o que las nuevas generaciones son incapaces de conectar en el mundo físico por culpa de sus aparatos, la gran realidad es esta: No todos los más jóvenes son zombies digitales pegados a sus pantallas. La mayoría las utilizan como extensiones de su mundo social. Entender esto nos ayudaría a cerrar brechas y tender puentes en lugar de asumir posiciones de superioridad generacional, algo que tristemente leo todos los días en la web y me ha tocado presenciar cada vez que hablo públicamente del tema.

Esta es la primera generación de la historia que tiene una ventaja de conocimiento en habilidades que todos necesitamos para el día a día. Y a su vez, ellos necesitan formación y guía para crear criterio ante tanta exposición. Ganaríamos mucho más centrando nuestra atención en entender al humano amplificado por la tecnología... y no criticando a los jovencitos detrás de las pantallas.