De receptores pasivos a emisores activos
La inmensa cantidad de sitios, blogs y plataformas nos permiten alimentarnos de múltiples puntos de vista y escoger aquellos con los que más nos identificamos. Luego, las plataformas sociales nos permiten adaptar y regurgitar lo que descubrimos. Somos al mismo tiempo receptores, exploradores y transmisores. Y ese proceso repetido potenciado por millones de nodos digitales inevitablemente influye el discurso colectivo. Somos Contenido + Comunidad.
El rol compartido (e imperfecto) de la influencia
Los medios masivos no han dejado de ser influyentes ni relevantes, pero coexisten con nuevas formas de distribución. En algún momento se habló hasta el cansancio del "New Media" y ahora la palabra de moda es "disrupción". Pero la realidad es mucho menos dramática. No son todos los medios tradicionales los muertos ni todos los individuos los disruptores. Evolucionamos mientras nos vamos adaptando.
La memetización de la conversación
#JeSuisCharlie, el Ice Bucket Challenge y el Harlem Shake son una definición mucho mas acertada de un verdadero Meme: Productos Culturales de relevancia variable; abiertos y maleables, accesibles y masticables. Comparten un significado colectivo básico pero al mismo tiempo tienen la licencia de la interpretación y la re interpretación. Nos expresamos en símbolos globalmente pegajosos.
Susceptibilidad, Influencia e imitación. 3 características muy humanas que han encontrado en la tecnología una forma de propagar ideas y opiniones, pero que al final representan una gran responsabilidad para todos. Lo expresa mucho mejor Henry Jenkins en este párrafo:
"[...]No estamos haciendo las preguntas esenciales acerca de cómo y por qué la gente escoge distribuir contenido, acerca de el tipo de contenido que escoge distribuir, acerca de cuales relaciones se establecen a través de esa distribución, acerca de como la distribución añade valor y significado y frecuentemente cambia la agenda cultural..."
¿Qué efecto causamos o nos causa la conversación global? ¿Nos estamos dando cuenta? Vale la pena parar de conversar... y pensarlo.